Denunciar los "intentos uniformizadores" promovidos por el aparato del Estado con una visión centralista y "elitista" de la historia que "olvida el testimonio obrero, republicano y popular"; alertar sobre la persecución a investigadores y contribuir al conocimiento del pasado de cada comunidad.
Sobre ese trípode, ejes de un manifiesto común, historiadores catalanes, vascos y gallegos asentaron en Barcelona una plataforma, que maneja el nombre de Galeusca, como el pacto promovido por fuerzas de esas comunidades en 1923 y retomado en 1933.
"Los libros e historiadores con más difusión hoy, como César Vidal o Pío Moa, mantienen visiones excluyentes de la realidad nacional; es algo parecido a lo del Manifiesto por la lengua común, donde el catalán quedaba como algo residual; la historia de España aún hoy es la de Castilla... ¡Qué pronto se han enterrado a periféricos como Jaume Vicens Vives!", aseguró Enric Pujol, que leyó el manifiesto que ya han suscrito 59 expertos, entre ellos los gallegos Fernando Acuña y Uxío-Breogán Diéguez; los catalanes Josep Fontana, Josep Termes, Hilari Reguer y Jordi Casassas, y los vascos José Chueca, Jon Gurutz y Virginia Tamayo.
Chueca señaló los problemas que pueden abordar juntos, como los papeles de Salamanca, mientras Diéguez alertó sobre "los intentos de judicializar la labor del historiador".
A imagen del Galeusca, que ya agrupa a los escritores, el de los historiadores hará encuentros periódicos.
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