Arqueólogos egipcios localizaron el extraño ejemplar en el interior de un sarcófago sellado, ubicado en una cámara mortuoria en la ciudad de Saqara
Un equipo de arqueólogos egipcios abrieron ayer un sarcófago, que permaneció cerrado durante más de 2.600 años, y hallaron en su interior una momia en perfecto estado de conservación en Saqara, 40 kilómetros al sur de El Cairo.
El Consejo Superior de Antigüedades Egipcias (CSA) informó en un comunicado de que su secretario general, el arqueólogo Zahi Hawas, lideró la expedición que encontró esta "hermosa" momia, perteneciente a la vigésimo sexta dinastía (alrededor del 500 a. C.). Hawas no descartó que en la mortaja puedan encontrarse amuletos de oro, porque en ese período solía enterrarse a las momias con hasta cien talismanes, la mayoría de este material.
El sarcófago se encuentra en una cámara mortuoria, excavada a unos once metros de la superficie, y donde se hallaron también otras 30 momias, cuyo descubrimiento fue anunciado hace dos días. En la cámara, los expertos encontraron el sarcófago, que estaba sellado, y cuyo contenido se desconocía, además de un ataúd de madera con inscripciones jeroglíficas y con una momia en su interior, que ya ha sido abierto.
Féretro. Todavía queda otro sarcófago de madera que no ha sido destapado, debido al mal estado de conservación de su cubierta, que necesita ser restaurada.
En Saqara, la antigua Memfis, cuya área monumental cubre una extensión de siete kilómetros cuadrados, se ubicó la necrópolis de los primeros faraones, por lo que el recinto acoge las tumbas más antiguas de Egipto, entre ellas la pirámide escalonada del faraón Zoser que, según Manetón fue edificada por Imhotep, el primer arquitecto de nombre conocido de la historia..
Según el CSA, hasta ahora sólo se han descubierto el 30 por ciento de los monumentos que alberga Saqara, mientras que el resto permanecen todavía enterrados.
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