jueves, 1 de enero de 2009

UNA EXPOSICION EN EL CENTRO DE IMAGEN EFTI DE MADRID RECUERDA COMO FIDEL Y LOS SUYOS ENTRARON UN 1 DE ENERO DE 1959 EN LA HABANA Y SANTIAGO



El ego de un dictador no tiene límites. Tras imponer un férreo régimen militar y a punto de huir hacia República Dominicana y la España de Franco con una fortuna de unos 100 millones de dólares, Fulgencio Batista tuvo para su pueblo esas palabras: “Ruego a Dios que ilumine a los cubanos para poder vivir en paz”. Era el 1 enero de 1959 y las fuerzas revolucionarias, lideradas por Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, tomaban La Habana y Santiago de Cuba. La Revolución había triunfado.

“Sólo nos hemos ganado el derecho a comenzar”, gritó Fidel desde un tanque a la muchedumbre. La lucha fue larga y el cambio era radical. El régimen de Batista, que había tomado el poder tras un golpe de Estado el 10 de marzo de 1952, era corrupto, mafioso y dependiente de Estados Unidos. En la mente de la intelligentsia cubana seguía viva el ideal de justicia social de José Martí, líder de la independencia contra los españoles. Aparecieron entonces partidos, movimientos y sindicatos críticos con la dictadura, entre los cuales el Movimiento del 26 de Julio de Fidel Castro.

Primera derrota

Abogado y militante por el ex populista Eduardo Chibás, Castro se convirtió en un símbolo de resistencia tras un juicio público al que le había sometido el régimen.

Su objetivo estaba claro: frente a la “traición de los partidos”, un movimiento popular de masa debía retomar el poder. Tras 22 meses de cárcel, Castro se exilió a México, desde donde preparó la resistencia a Batista. El primer intento fue un fracaso: a bordo del Granma con 80 guerrilleros, desembarcó en Cuba el 2 de diciembre de 1952, aunque era impotente frente a la fuerza militar de Batista. Un puñado de hombres sobrevivieron, entre ellos el Che, refugiándose en la Sierra Maestra.

Medio siglo después, la exposición Miradas Reveladoras recuerda hasta el 20 de enero (en el Centro de Imagen EFTI de Madrid) aquellos tiempos de lucha y de victoria a través de las imágenes de fotógrafos como Korda, Enrique Meneses, César Lucas y Osvaldo Salas, entre otros. Tras dos años de combates, el asalto final llegó en diciembre de 1958. Pocas ganas de combatir tenía el corrupto ejército de Batista. El Che y Fidel se preparaban para crear “el hombre nuevo”.

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