El más de medio siglo de poesía social de Ángel González queda recogido en una nueva antología, 'La primavera avanza', cuando se cumple un año de su muerte. Una recopilación que tiene el valor de haber sido seleccionada por la persona que probablemente mejor le conoció: su viuda, Susana Rivera, profesora de literatura española en la Universidad de Nuevo México y experta en poesía contemporánea.
Rivera dice haber sentido aquello de que "las antologías nunca son obras perfectas", y menos "cuando se trata del poeta al que tanto has admirado y, sobre todo, de la persona a la que amas".
Elegir conlleva rechazar, y más cuando se trata de seleccionar lo indispensable de la docena de libros que llevan la firma del poeta ovetense, desde 'Aspero Mundo' (1956) hasta el póstumo 'Nada grave'. Su viuda ha elegido un poco -la esencia- de cada uno de sus poemarios: "Era mucho Ángel y muchos 'Ángeles' y yo quería reflejarlos a todos, como si fueran una galería de espejos, como las 'galerías del alma' de su admirado Machado".
Visor edita este poemario con el patrocinio de una empresa de transportes y la incorporará además a su colección de poesía, según indicaron a Efe fuentes de la editorial, para "enriquecer" así la primera antología que publicó del poeta hace ocho años, bajo el título '101 más 19'.
Historia en lenguaje poético
José Manuel Caballero Bonald quiso recordar a su "amigo de medio siglo" en la presentación de la antología, en un acto en la delegación del Principado de Asturias en Madrid al que asistieron más de 200 personas, entre ellas sus colegas y amigos Luis García Montero, Almudena Grandes y Chus Visor, entre otros. "Escribió en lenguaje poético todo un capítulo de la Historia de España, durante el infortunio del Franquismo", dijo el Premio Nacional de las Letras de 2005, que hizo especial hincapié en la ironía, el sarcasmo y la sátira en la obra de González. Para ello, recitó sus versos "Nada es lo mismo, nada permanece. / Menos La Historia y la morcilla de mi tierra: / se hacen las dos con sangre, se repiten". "Supo fundir su historia con minúsculas en la Historia con mayúsculas", señaló al respecto su viuda.
La poesía del autor de 'Otoño y otras luces' también se ha vinculado con una visión herida ante la realidad. El poeta se definió como "idealista desencantado", pero la que fue su compañera quiso destacar que, frente a ese pesimismo, en la obra de Ángel González -Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1985, Premio Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana 1996 y miembro de la RAE desde ese mismo año-se encuentra siempre una compensación, en la justificación de la existencia del ser amando.
Fruto de ello, recordó Rivero, escribió versos como "Yo sé que existo porque tu me imaginas". Así también, el poeta que se preguntó "¿¿Cómo seré o cuando no sea yo?" y que aclaró en otro poema que si él fuese dios "haría lo posible por ser Ángel González, para quererte tal como te quiero", descansa ahora bajo el siguiente epitafio: "Este amor ya sin mi te amará siempre".
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