En el emblemático acto que la Asociación Torrijos 1831 participó el pasado domingo, 12 de octubre, en la Plaza de la Constitución; el colectivo histórico realizó una evocación a la triunfante recepción que Málaga realizó al mariscal de campo y gobernador político militar de la plaza, Teodoro Reding, tras la gran victoria de Bailén.
Formando por delante la propia recreación de la asociación, Suizos de Teodoro Reding, dirigidos por Moisés Delgado con uniforme de granadero; el presidente del colectivo Jesús Rivera recordó desde el estrado a los presentes congregados en la plaza: “Hace pocos días, concretamente el pasado 17 de septiembre, se han cumplido doscientos años de los actos que tuvieron lugar en esta ciudad, en honor al general Teodoro Reding por la victoria conseguida en los campos de Bailén.
Dentro de las actividades que el colectivo está dedicando al Bicentenario de la Guerra de la Independencia, priman más los homenajes y recreaciones sobre los hechos ocurridos en nuestra provincia que los que sucedieron fuera de ella, pues en las localidades donde se fraguaron señalados hitos de aquella contienda, ya existen colectivos que, desde hace años, los viven y recrean. Por esa forma de actuar, queremos recordar los honores y agasajos que esta ciudad tributó al general Reding a su regreso”.
Para las celebraciones de este Bicentenario, la Asociación Torrijos 1831 ha elegido, como referencia por su contenido y visualización de imágenes, el libro “Málaga frente a la Guerra de la Independencia: 1808-1812”, editado en 1996, el cual contiene los trabajos de investigación de tres actuales miembros del colectivo. Esta didáctica obra expresó así el recibimiento de la población malagueña a Reding: “El día 17 comenzaron los actos. Se había construido un magnífico arco de triunfo en la calle Santa Rosa, de arquitectura jónica, compuesto por pilastras, arquitrabe, friso y cornisa, en el que figuraba una lápida con la inscripción: Al vencedor de los tiranos de Europa y libertador de Andalucía”, y encima de un pedestal, aparecía el león español peleando con el águila francesa.
Precedido por un escuadrón de caballería, pasó Reding por el arco, aplaudido y agasajado por el clamor de pueblo malagueño. Le acompañaba la diputación de la ciudad con José María Tentor. En ese momento tres niños situados en la parte superior del arco (que representaban a las tres gracias), comenzaron a arrojar flores. En el paredón del Guadalmedina estaba formada una compañía del Cuerpo de Tiradores y, frente al arco, el Regimiento Fijo de Málaga, haciendo ambas unidades los honores del acto. Los artilleros con tres cañones realizaron quince disparos.
Seguido por los malagueños que habían combatido en Bailén, Reding y el desfile llegaron a la plaza de la fachada principal de la catedral, donde de nuevo se iba a celebrar una solemne misa Te Deum. Allí la emoción se desbordó. En la escalera del pórtico y acompañado por el Cabildo, Reding fue homenajeado. Se le entregó un uniforme de general y se le obsequió con un caballo, ya que el militar suizo había perdido los dos que tenía en la batalla de Bailén”.
Además de la información que hizo llegar a lectores sin distinción de edad, los dibujos a plumilla de “Málaga frente a la Guerra de la Independencia”, mostraron por primera vez ante los ojos de los lectores imágenes inéditas, como la reproducción del arco del triunfo por el que pasó Reding, o el extraordinario ambiente vivido en la Plaza del Obispo, con vítores y aplausos al vencedor de Bailén y su tropa antes de entrar en la catedral. Unos dibujos y textos que, en definitiva, se han convertido en este año del Bicentenario en una fuente inagotable de inspiración.
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