lunes, 27 de octubre de 2008

LA CASA DE AMERICA EN MADRID HA CELEBRADO UN CICLO DE CONFERENCIAS SOBRE MACHADO DE ASSIS EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO

En Madrid, en la Avenida de Brasil, hay una estatua de un hombre sentado en una silla que, a través de sus pequeñas gafas redondas, parece mirar todo lo que sucede a su alrededor. Pocos lo sabrán pero ese es Machado de Assis, escritor, poeta y dramaturgo brasileño, uno de los más importantes de lengua portuguesa.

Con motivo del centenario de su muerte, la Fundación Cultural Hispano-Brasileña ha promovido un ciclo de conferencias de dos días, que fue inaugurado el jueves en la Casa de América. Para que Machado de Assis deje de ser tan sólo una estatua: "Es nuestro deber dar a conocer un escritor que tiene tanto que ver con nosotros y que, sin embargo, es tan desconocido", dijo la directora de la Casa de América, Julia Escobar.

Machado de Assis vivió en el siglo XIX. Nieto de esclavos, tartamudo cuando estaba nervioso, epiléptico y mestizo, en una época en que esto era un defecto. "Superó todas las dificultades sociales y se convirtió en el mayor hombre de letras de Brasil", ha dicho el presidente de la academia de Brasileña de letras, Cícero Sandroni.

'Don Casmurro', 'Memorias Póstumas de Blas Cubas' y 'Quincas Borba y Helena' son tres de las obras más conocidas del escritor. Casi todos sus libros están traducidos al español y el próximo año se espera que salga a la luz una edición con las obras seleccionadas del escritor.

Pese a que es considerado el padre de la literatura brasileña moderna, sus libros poco tienen que ver con el espíritu brasileño, marcadamente alegre y carnavalesco. Machado de Assis es un artista tímido, volcado en la interioridad del ser humano y cargado de cinismo pero que nunca pierde el sentido del humor. "Assis es un pesimista empedernido, con una visión sombría del hombre, que sabe reírse de la vida", ha considerado el embajador de Brasil en España, José Viegas.

De las páginas de los libros al cine

Fue la singularidad de sus libros y de sus personajes lo que impulsó a algunos cineastas brasileños a adaptarlos al cine con documentales, películas y cortos, aunque sin conseguir el mismo éxito de sus obras.

Pasaron años hasta que se reconoció la influencia del escritor fuera de las fronteras de su país. Cien años después de su muerte, Brasil ha declarado 2008 como el Año Nacional Machado de Assis y son muchos los homenajes en el extranjero: Estados Unidos ya se rindió al escritor y Portugal procura recuperarlo para sus lectores.

"No he tenido hijos, no he transmitido a ninguna criatura el legado de nuestra miseria", dijo el escritor en 'Memorias Póstumas de Blas Cubas'. Lo que sí nos ha dejado Machado de Assis es un puñado de buenos libros cargados de escepticismo pero también de humor y valentía, la mejor herencia, según el catedrático portugués Abel Barros Baptista: "La libertad, el valor y la comedia... esa ha sido su mayor grandeza y su mayor legado".

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