miércoles, 10 de septiembre de 2008

LA BOVEDA DEL ANTIGUO REFRECTORIO DEL CONVENTO DEL CARMEN DE MALAGA ES REFORZADA CON OBRA MIENTRAS QUE TORRIJOS 1831 CONTINUA SU LABOR EN FAVOR DE EL



La Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga ha protegido la mitad de la bóveda de cañón de lo que fue el refectorio del antiguo Convento del Carmen del popular barrio de El Perchel, no con soportes metálicos y otras componendas, sino con obra.

Ha costado años tomar estas medidas sobre el viejo comedor carmelitano, cuya degradada situación comenzó a ser difundida en los medios de comunicación, academias y foros culturales en 2001, por la acción individual de componentes actuales de la Asociación Torrijos 1831, antes que se iniciara el periodo constituyente del colectivo en 2002.

Después, la propia Asociación asumió esta defensa, recogida como hecho singular en sus estatutos, comunicando la pésima situación en la que se encontraba el lugar donde Torrijos y sus compañeros pasaron su última noche en capilla en la noche del 10 al 11 de diciembre de 1831, a las concejalías de Urbanismo y Cultura de Málaga, la Delegación de Provincial de la Consejería de Cultura, así como a su propietaria, la constructora LAR.

Pero ni todos los escritos entregados, ni las reuniones promovidas por Torrijos 1831 con instituciones y entidades, e incluso con la empresa propietaria en su sede en Málaga, para tratar las emergencias de este asunto, sirvieron para que una mañana de finales de 2005, las máquinas de demolición y los operarios de LAR, se llevaran por delante la mitad del refectorio, edificio del siglo XVI protegido en el Catálogo del Patrimonio Histórico de Andalucía, del que hicieron desaparecer hasta los escombros.

A principios de 2005, la Asociación Torrijos 1831 había entregado a LAR, en mano y con registro de entrada, un dossier completo, cuyos planos indicaban la situación exacta del refectorio, pues tapado en su parte exterior por los edificios de antiguos talleres de automóviles, temían que al ser echados abajo estos, también lo hicieran con la mitad del refectorio.

LAR no ha aclarado si el derribo lo hicieron los trabajadores por no cumplimentar sus instrucciones, o si las citadas instrucciones nunca se dieron.

En todo caso, el edificio no estuvo señalizado externamente de cara a la labor de los operarios.

Tampoco lo señalizó la Delegación de la Consejería de Cultura, pese a las reiteradas peticiones de protección realizadas por componentes de la Junta Directiva de la Asociación Torrijos 1831, en la propia Delegación, durante 2005.

En el libro “Réquiem por Torrijos”, de Esteban Alcantara y que fue editado en 2007, ha quedado consignado todo este proceso, así como la actuación particular de Torrijos 1831 en la defensa del edificio, pues de no haber sido así,no quedaría ni esa parte del refectorio ni la protección de obra con la que ahora ha sido reforzado la bóveda .

Torrijos 1831 no esta ni mucho menos conformes con esto, pues la situación se encuentra, ni más ni menos, con siete años de retraso respecto a lo que se tenía que haber hecho en 2001, pero con el grave costo de la mitad del edificio desaparecido y sin los culpables obligados por mandamiento judicial a proceder a su reconstrucción.

En esta situación, de nuevo la Asociación Torrijos 1831 se ha dirigido al Delegado Provincial de la Consejería de Cultura en Málaga, de la Junta de Andalucía, exponiéndole varias cuestiones, algunas de las cuales figuran a continuación:

1.A nivel jurídico ¿Cómo se encuentran las responsabilidades de la constructora al día de hoy, y sus obligaciones para reparar el daño hecho con la reconstrucción de esa parte del refectorio?

2.¿Qué demanda o acusación ha hecho la Delegación ante la Justicia, como garante de la protección de un edificio protegido, para que el refectorio sea totalmente reconstruido, subsanando el daño hecho en toda su extensión?

3.¿Realmente se está a favor de esa recuperación total del refectorio, o al día de hoy se especula por existir intereses contrarios a la reconstrucción?

Ahora los viejos edificios carmelitanos son propiedad del Ayuntamiento de Málaga, cuya responsabilidad le compete.

Sobre esa responsabilidad y la palabra dada por el Alcalde de Málaga en su despacho a los componentes de Torrijos 1831 en 2006, la entidad desea que selevante definitivamente el refectorio, pues un proyecto tan expandido como el de Málaga 2016 solamente se puede entender con la eficaz protección del patrimonio malagueño, del que el propio refectorio es una parte emblemática e importante.

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