La fosa con los restos de cuatro hermanos, José, Juan, Nicolás y Francisco Gutiérrez Martín, de edades comprendidas entre 18 y 40 años y de cuatro personas más, fusiladas el 14 de agosto de 1936 en La Serna (Madrid),acaba de ser localizada en una finca particular de ese término, a 80 kilómetros al norte de la capital junto a la carretera de Burgos, cerca de Buitrago del Lozoya.
Así lo confirmó un sobrino de los fusilados, Jesús Gutiérrez, de 65 años, mecánico electricista, que ha dedicado su jubilación a informarse sobre el paradero de sus cuerpos.
Tras realizar numerosas pesquisas, Jesús Gutiérrez se puso en contacto con Marisa Hoyos, filóloga integrada en la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica a quien informó de sus sospechas.
Marisa Hoyos se puso en contacto con Luis Avial, especialista en localizaciones radiológicas de la compañía Cóndor Geo-radar, quien, mediante la aplicación de un instrumental de detección, encontró en la finca citada un espacio subterráneo de un metro de profundidad y unos cuatro metros de fondo donde Jesús Gutiérrez asegura que sus deudos se hallan enterrados. "De cada metro cuadrado de terreno recibimos 20.000 puntos informativos", explica Avial, "y el vaso de la fosa muestra vestigios óseos".
A falta de la confirmación plena, el técnico señala: "Es casi seguro que los restos pertenezcan a los tíos de Gutiérrez, pues la fiabilidad con la que hemos trabajado en otras fosas es del 90%, pero nos queda una confirmación final".
"En la fosa hay cuatro personas más, igualmente fusiladas entonces, de apellidos Lamela, dos de ellas, emparentadas con los cuatro hermanos, otra de apellido García y una más, apellidada Vega", añade Marisa Hoyos.
"Los Gutiérrez Martín eran los cuatro hermanos de mi padre, Severiano", cuenta Jesús Gutiérrez. "Siempre recuerdo su rostro ensombrecido por la pena de haber perdido a sus hermanos en la flor de la vida; por ello, cuando ya he cumplido con mis deberes con mi familia y me he jubilado, me he dedicado a recobrar su memoria", explica.
"Algunos de ellos trabajaban en Madrid y en aquel verano de 1936, acudieron a La Serna llamados por mis abuelos, para que les ayudaran en las faenas del campo", relata Jesús.
Pese a permanecer la provincia de Madrid, con la capital incluida, en manos del Gobierno de la República, el pueblo fue tomado por los sublevados con Franco y el frente se estableció entre La Serna y Buitrago, a unos cuatro kilómetros.
"Una noche, con una camioneta, vinieron a buscarles, los detuvieron, se los llevaron y les fusilaron. Mi abuela, María Martín, quedó ciega al perder a sus cuatro hijos", relata Jesús, apenado.
"No me pregunte quién los mató, porque yo no lo sé", dice Jesús.
"Sin embargo mi abuela María, antes de morir, dijo que sabía quién fue uno de sus asesinos, porque después del fusilamiento reconocía el sonido de su caminar sobre el suelo, que se le había quedado grabado en la memoria aquella fatídica noche..." María Martín y su esposo Mariano abandonaron el pueblo.
Fernando Magán, abogado de esta causa, señala: "El Fiscal de la llamada Causa General, el proceso abierto por Franco tras la Guerra Civil para castigar a los integrantes del bando republicano, abrió a su vez un proceso de persecución contra los cuatro hermanos pese a que ya habían transcurrido cuatro años desde su fusilamiento".
Y añade: "El propio fiscal consideró desaparecidos a los fusilados y cerró el caso. Ahora, un juzgado estatal lo toma de nuevo en sus manos".
"Ya estoy más cerca de culminar la tarea que me propuse de rescatar la memoria de mis cuatro tíos. Era una deuda que tenía con mi padre", confiesa con digna entereza Jesús Gutiérrez.
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