domingo, 29 de junio de 2008

ACADEMICOS CRITICAN EL NUEVO CERCO URBANISTICO EN TORNO A NUMANCIA



Es un nuevo cerco al cerco de Numancia, un lugar que representa la lucha hasta el límite de un pueblo contra una potencia exterior, Roma; ahora el ataque será a su paisaje con un desarrollo que no ha sido planificado". El académico de la Historia Martín Almagro Gorbea unió así su voz a las muchas, dentro del ámbito universitario y de la investigación, que se han manifestado en los últimos meses en contra de las infraestructuras que se están construyendo en torno al yacimiento soriano, a siete kilómetros de la capital.

«Alrededor de la antigua ciudad celtíbera, cuyas murallas resistieron 18 meses el sitio del general Escipión, está previsto que se levante la llamada Ciudad del Medio Ambiente de Soria, en el Soto del Garray, una zona cercana al río Duero. En su proyecto están planificadas 780 viviendas, una residencia hotelera con 300 plazas, espacio para una decena de grandes industrias, así como oficinas para numerosas empresas tecnológicas e instituciones.

También está previsto que se levante un nuevo polígono industrial, Soria II, en El Cabezón, unos terrenos que se van a expropiar a la familia Marichalar, que está librando una gran batalla para evitarlo.

Otras de las obras aprobadas son, por un lado, una urbanización de unos 300 chalés junto al que fue uno de los campamentos de Escipión, el de Alto Real, justo al pie del Monte de la Muela que acoge Numancia; y por otro, un cementerio privado sobre el Monte de las Ánimas con su correspondiente tanatorio.

La directora de Historia Antigua de la UNED, María Jesús Peréx, asegura que, pese a que numerosas instituciones universitarias han pedido explicaciones a la Junta de Castilla y León (PP) y el Ayuntamiento de Soria (del PSOE) sobre las razones para elegir los alrededores de Numancia para todas estas intervenciones, nadie les ha respondido.

«No pueden aducir falta de espacio, porque hay de sobra. No se puede elegir una zona de humedales para construir una ciudad o levantar un polígono entre dos enclaves históricos como son el cerco de Escipión y los Arcos de San Juan de Duero. Hemos escrito a la Junta y nadie nos ha respondido. Nosotros somos académicos y no nos metemos en política, pero es un desastre destruir el entorno de ese patrimonio», argumenta.

El catedrático Almagro Gorbea también recordaba que para hablar de desarrollo sostenible "Antes hace falta planificarlo. La importancia de Numancia no es su monumentalidad, sino el paisaje que la rodea y que hay que proteger. Si se pierde, no se entiende su papel histórico. Si la Junta quiere desarrollo sostenible, que pare esos proyectos, estudie su impacto global un par de meses y vea lo que se puede hacer y lo que no. Así evitará que pase como con la reconstrucción del Teatro Romano de Sagunto, que ahora debe derribarse".

Su opinión es compartida por el académico de Ciencias Morales y Políticas, José Barea, quien aseguraba que en Soria hay terreno industrial disponible "para 180 años" y que las autoridades castellano-leonesas deberían articular una oferta turística en la zona, como se hace en Toledo. De hecho, en Soria se está contruyento otro polígono, el de Valcorba, con 277 hectáreas de superficie.

También para el rector de la Universidad CEU San Pablo, Alfonso Bullón, se trata de intervenciones "desafortunadas", un calificativo que ya anteriormente han utilizado diversas instituciones.

Entre ellas, el Comité Nacional de Monumentos, un organismo asesor de la UNESCO que considera "una auténtica amenaza" para el yacimiento numantino el futuro polígono Soria II, según el informe que hizo público el pasado mes de abril. De hecho, el Ayuntamiento soriano tuvo que modificar el año pasado su recién aprobado Plan de Ordenación Urbana, de 2006, para autorizar su construcción. También se han manifestado en los últimos meses en contra de las obras la Academia de Artes de San Fernando, la Academia de Historia, la Sociedad Española de Estudios Clásicos y algunas instituciones extranjeras, como el Instituto Arqueológico Alemán, la Universidad de Bristol o la de Exeter, ambas en el Reino Unido. Se unen así, en su vertiente cultural, a las críticas que también han realizado las organizaciones ecologistas a la futura Ciudad del Medio Ambiente, que también incluye la necrópolis medieval de Soto de Garray.

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