sábado, 19 de abril de 2008

VE LA LUZ "MALAGA Y SU MEDICOS:DE LA GUERRA CIVIL A LA RESIDENCIA CARLOS HAYA"

LA asistencia sanitaria ahora es un derecho; hace sesenta o setenta años era caridad. Eso se refleja en el libro titulado 'Málaga y sus médicos: de la Guerra Civil a la residencia Carlos Haya' (abierta en 1956), escrito por Gabriel Prados Carmona, pediatra jubilado y director de la biblioteca del Colegio de Médicos de Málaga. Fueron tiempos de «miseria, odios escondidos, enfermedades, analfabetismo, pillaje y hambre». Esas vicisitudes se recogen en la obra del doctor Prados, que fue presentada ayer. La tirada es de 3.000 ejemplares, editados por Editorial 33 merced al apoyo del área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga.

Este volumen es la continuación del que aborda la historia de la medicina malagueña de 1920 a 1936. Falta por publicarse la tercera parte, que comprenderá de 1957 a 1972, cuando se creó la Universidad de Málaga.

Año a año, Gabriel Prados ha ido contando los problemas a los que se enfrentaron los médicos que ejercieron en Málaga durante la Guerra Civil y la posguerra, cuando lo importante no era tanto su valía profesional, sino que pudiesen demostrar su adhesión al régimen franquista. Los que no pudieron o no quisieron aliarse con el poder sufrieron la represión, la persecución y tuvieron que emigrar.

En esos 20 años se colegiaron unos 650 médicos, de los que más de 50 aún viven. El autor se ha entrevistado con ellos y sus opiniones se ofrecen en el libro, que no sólo es una herramienta para conocer cómo era la medicina en ese periodo, sino que permite comprender la evolución experimentada por Málaga y su población.

El doctor Prados explica que fueron años de miseria en los aspectos económicos, culturales y sanitarios. «Era una medicina subvencionada, de beneficencia. El que no tenía dinero (la mayoría de la gente) debía recurrir a ella. Fue una prestación de caridad hasta que se creó la Seguridad Social. A la vez, hubo importantes avances en todos los campos médicos y de la cirugía», señala.

Los grandes protagonistas del libro son los médicos. Como dice Prados, «ellos sufrieron la guerra dando su vida y, desde el primero hasta el último, padecieron la depuración de la clase médica, teniendo que demostrar que eran adictos al régimen». Además, sufrieron hambre y paro. Era una época muy dura para casi todo el mundo, donde la gente moría, sobre todo, de enfermedades infecciosas como el tifus y la tuberculosis.

A la presentación de la obra acudieron el presidente del Colegio de Médicos, Juan José Sánchez Luque; el director del área de Cultura, Óscar Carrascosa, y el doctor Ángel Rodríguez Cabezas, de editorial 33.

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