sábado, 19 de abril de 2008

UN MILLONARIO RECONSTRUIRA AL SUR DE SHANGAI EL MAYOR PALACIO IMPERIAL DE CHINA

Era cinco veces mayor que la Ciudad Prohibida y se le conocía como el 'Versalles de Oriente', pero hoy sólo quedan sus ruinas al noroeste de Pekín. Se trata del antiguo Palacio de Verano de los emperadores de la dinastía Qing (1644-1911), arrasado por las potencias coloniales europeas en 1860, durante la Segunda Guerra del Opio. Desde entonces, la destrucción de los Jardines de Yuan Ming Yuan (Jardines de la Perfecta Claridad) es un símbolo de la humillación que sufrió China a manos de Occidente.

Con el propósito de cerrar ese capítulo, Xu Wenrong, un multimillonario chino que posee un 'holding' con 200 compañías y 40.000 empleados, ha anunciado que construirá una réplica exacta del antiguo Palacio de Verano en Hengdian, la ciudad donde se radica su grupo de empresas en la provincia de Zhejiang, al sur de Shanghai.

Para ello, invertirá 20.000 millones de yuanes (1.907 millones de euros), de los cuales 7.000 millones de yuanes (667,76 millones de euros) se destinarán a la compra de los terrenos mediante una salida del proyecto a Bolsa en la que cada acción costará cinco millones de yuanes (476.127 euros).

El resto -13.000 millones de yuanes (1.239 millones de euros)- se empleará en la reproducción de las joyas arquitectónicas que poblaban dichos jardines. Para conseguir el dinero, el presidente de Hengdian lanzó una masiva campaña de donaciones entre el público chino.

El proyecto se antoja tan faraónico como la Gran Muralla. El antiguo palacio de verano, iniciado por el emperador Kangxi en 1707 y culminado por Qianlong 150 años después, tenía un perímetro de más de diez kilómetros y ocupaba ocho veces la superficie del Vaticano al extenderse por 350 hectáreas. De ellas, el 40% estaba cubierto por ríos y lagos y otro 44% por colinas y rocas, contando con 140 jardines interiores y numerosos palacetes, pabellones, templos y galerías.

«Los nuevos jardines de Yuan Ming Yuan serán mejores que los originales», se vanagloria el veterano empresario Xu Wenrong, de 77 años, quien ha anunciado que «el proyecto estará finalizado en cinco años y la inversión amortizada en siete», ya que la entrada costará 300 yuanes (28,56 euros) y se calcula que habrá 50 millones de visitantes hasta 2013.

No es la primera vez que se plantea la reconstrucción del antiguo Palacio de Verano. Sin embargo, el plan del consorcio Hengdian, uno de los más potentes de China al gestionar empresas tecnológicas, farmacéuticas y químicas, y disponer de los mayores estudios cinematográficos del mundo, cuenta con el respaldo del Gobierno.

El régimen comunista ha convertido la carísima reconstrucción de Yuan Ming Yuan en una cuestión de orgullo nacional a pesar de los problemas que tan astronómica inversión podría arreglar en China, donde 800 de sus 1.300 millones de habitantes (el 60% de la población) malviven en el mundo rural con una renta anual de 3.587 yuanes (353 euros).

Aún no han pasado los tiempos de las grandiosas y extravagantes construcciones de los emperadores, sólo que ahora llevan el carné del Partido Comunista en lugar de la corona real.

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