Personalidades del espectáculo como Concha Velasco, Ana Belén, Rosa Mª Sardá, Serrat, Bigas Luna, Enma Suárez, Juan Echanove, Mercedes Sampietro, José María Pou, y arquitectos como Andrea Morri, Navarro Baldebeg o Franco Porto han firmado un manifiesto contra la demolición del Teatro Romano de Sagunto.
Cerca de 1.100 nombres figuran en la lista de firmantes de un comunicado en el que se oponen a la demolición de las obras de restauración del monumento, tal y como ordena un fallo del Supremo, y advierten: "tras 17 años de litigio judicial, político y mediático, los profesionales de la cultura y las artes y demás ciudadanos no podemos guardar silencio".
Este grupo de artistas, escritores, arquitectos, personajes del mundo de la cultura y ciudadanos aseguran que "la demolición es un ataque a la independencia y a la libertad del mundo de la cultura".
"Una obra artística -añaden- puede gustar o no, pero llevarla a los tribunales de justicia sienta un precedente preocupante que afecta a la libertad de la que debe gozar la cultura. La confrontación política no puede invadir el espacio creativo que debe a toda costa preservar su autonomía. La creación artística debe permanecer al margen de la batalla política porque, en caso contrario, resulta herida de muerte".
Los firmantes consideran que la "rehabilitación del teatro ha sido usada como arma política y convertida en fenómeno mediático creando una falsa polémica al margen de su valor arquitectónico. Así se explica que haya llegado a los tribunales y haya protagonizado tantos titulares mientras goza de gran prestigio internacional y se estudia en universidades de toda Europa".
En el escrito se recuerda que la Generalitat valenciana en los 80, entonces gobernada por el PSPV-PSOE, fue la que aprobó el proyecto, y el PP valenciano en la oposición hizo bandera contra el mismo, incluso el litigio judicial fue iniciado por un ex diputado autonómico del PP en 1993.
"La demolición es un derroche y va en perjuicio de los ciudadanos y de las artes escénicas", y "priva a los ciudadanos, sobre todo a los saguntinos, de un espacio que ya está funcionando y alberga iniciativas culturales como el festival 'Sagunt a Escena', dotando de vida cultural y económica a la ciudad y a la sociedad en general".
Su cierre "superará con mucho los seis millones de euros que pagarán los ciudadanos" y su demolición es una "muestra de cobardía intelectual", ya que durante siglos las ruinas del Teatro han "sufrido modificaciones de todo tipo sin rigor científico. Las diversas intervenciones, en su mayor parte reconstrucciones sin fundamento, habían afectado a gran parte del teatro cuando se llevó a cabo esta restauración".
"La rehabilitación -consideran- se apoyó en exhaustivos estudios arqueológicos y fue aprobada por las administraciones competentes. Ahora figura en numerosas guías de arquitectura internacionales y fue finalista de los prestigiosos premios europeos 'Mies Van der Rohe'".
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