Levantar 250 kilos con un simple batir de alas no parece tarea sencilla. De hecho, los paleontólogos habían llegado a dudar de que los enormes pterosaurios podían tener una envergadura de 10 metros pudiesen volar. Ahora, un estudio publicado en PLoS ONE por científicos de EEUU y Reino Unido aporta una nueva prueba que explica el improbable vuelo de estos reptiles.
Según el artículo, una de las clave del vuelo de estos animales del Mesozoico (vivieron hace unos 200 millones de años) se encuentra en su sistema respiratorio. Un análisis comparativo con escáner de fósiles de estos animales con otros seres extintos y algunos aún vivientes permitió deducir que los pterosaurios tenían bolsas de aire repartidas por todo el cuerpo que conectaban con los pulmones.
Este sistema, además de hacer que estos reptiles no fuesen tan pesados como su tamaño podría indicar, les proporcionaba un sistema respiratorio más eficiente. Las bolsas de aire, unidas a los pulmones, servirían como sistema de bombeo para introducir y expulsar oxígeno al ritmo de los movimientos del vuelo del animal. Este sistema explicaría cómo podía hacer frente el pterosaurio a las exigencias energéticas de elevar un cuerpo tan grande. Otra de las características que favorecerían la capacidad de volar de los pterosaurios son los huesos huecos.
Los investigadores también mencionan en su artículo que las bolsas de aire estarían conectadas con un sistema neumático integrado bajo la piel que se podría inflar para cambiar la forma de las alas según las necesidades.
El sistema respiratorio de los pterosaurios descrito en el artículo de PLoS está presente en las aves de hoy en día, pero ellas lo desarrollaron 70 millones de años después de que lo hiciera este gigantesco pionero del vuelo.
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