jueves, 5 de febrero de 2009

EL SANATORIO DE FONTILES, EN LA CIUDAD ESPAÑOLA DE ALICANTE Y CENTRO DE LA LUCHA CONTRA LA LEPRA, CUMPLE 100 AÑOS DE HISTORIA

Fontilles acabó siendo una microciudad, un refugio escondido en la Vall de Laguar, en las montañas de Alicante. Un escondite para leprosos hace casi un siglo, un sanatorio de referencia hoy. Cien años contra la lepra.

En 1902 el Padre Jesuita Carlos Ferrís y el abogado Joaquín Ballester se aliaron para atender a los enfermos de lepra, repudiados por la sociedad, apartados bien lejos. Siete años después, abría sus puertas la Colonia-Sanatorio San Francisco de Borja. Ocho enfermos y cuatro Hermanas Franciscanas de la Inmaculada para atenderles.

Se levantó durante otros siete años una muralla de tres kilómetros y medio y su única puerta no se tumbó hasta 1964, hasta que los vecinos se convencieron de que la lepra no era una amenaza. De que Fontilles no era una guarida de monstruos.

En 1924 contaba con 150 pacientes. Pronto se duplicó el número. Fontilles sobrevivía en su particular micromundo. Tenía su propia panadería, su carpintería, la imprenta, peluquería...

La segunda mitad del siglo es la de los avances científicos. De Fontilles a la India. El Sanatorio se convierte en un hospital moderno y exporta sus métodos a China, Guinea o Nicaragua. Treinta y cinco proyectos de cooperación en 18 países.

Hoy el centro sigue en marcha. Trata a 55 residentes y a más de 130 enfermos en tratamiento ambulatorio y celebra su cumpleaños con una exposición en la Sala Luis Vives del Centro Cultural Bancaja que recorre los 100 años de historia de Fontilles.

La muestra combina antiguas fotografías con las imágenes actuales, documentos, infografías, instrumental médico, audiovisuales y testimonios de quienes pasaron por el Sanatorio. "Fontilles es imposible de explicar y muy fácil de comprender", recuerda uno de los residentes

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