miércoles, 3 de diciembre de 2008

SE CUMPLEN 40 AÑOS DE LA GENESIS DEL PORTATIL

En 1968, Alan Kay, un ingeniero que trabajaba para Xerox, fue el primero en pensar en un ordenador transportable, muy dinámico y de menos de un kilo de peso. El proyecto fue bautizado como Dynabook, y aunque no llegó a construirse, se considera el antepasado de los portátiles actuales.

Si pensamos en los portátiles actuales y en los disponibles hace unos años, nos damos cuenta de la enorme mejora que han experimentado estos aparatos en todas sus prestaciones: peso, duración de la batería, capacidad de almacenamiento, rendimiento, etc.

Por no hablar de los pujantes ultraportátiles, que cada día se amplían con nuevos modelos de prestaciones más potentes y precios muy asequibles. Lo que nació bajo el espíritu de un proyecto con fines humanitarios se ha convertido en un par de años en un nuevo nicho de mercado en el que los principales fabricantes van colocando sus novedades.

Esta rápida evolución nos podría llevar a pensar que el portátil es un producto relativamente moderno. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La revista Wired nos recuerda el 40 aniversario del antepasado de los portátiles actuales.

Se trata del Dynabook, una idea que surgió de la mente de Alan Kay en 1968, cuando trabajaba en Xerox. Por aquella época, los PCs pesaban no menos de 40 kilos, y todavía funcionaban con tarjetas de memoria. La idea de Kay consistía en un ordenador transportable, muy dinámico, t que pesara menos de dos kilos

El Dynabook nunca fue construido, pero inspiró a todos los portátiles que se fueron desarrollando posteriormente, Para reconocer su labor como pionero, el Computer History Museum de Mountain Viwe homenajeará esta semana al Dynabook.

Sobre la evolución de los portátiles, Kay lamenta en la entrevista que la tendencia actual parece ser la de sacrificar funcionalidad y valor a cambio de pantallas cada vez más pequeñas.

Por su parte, los principales desafíos de estos aparatos son, a su juicio, idear nuevos servicios que resulten de utilidad a los usuarios, enseñar a utilizarlos y no dejarse atrapar por estándares de facto de baja calidad.

El desafío principal, ahora como hace 40 años, se resume en una frase: Las consta sencillas son sencillas; las complejas son posibles”.

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