Ya hemos visto en otros capítulos de esta historia como el emperador Carlos V fue consolidando y afirmando su idea de emperador cristiano, en cierta manera esta idea trataba de restablecer el siempre admirado y denostado imperio romano y dentro de esto asume la idea de “imperio universal” generador y mantenedor de “un orden”. La coronación comprada a los príncipes electores alemanes en 1520 como sucesor de su abuelo Maximiliano I de Austria fue sufragada por empréstitos pagados por las cortes castellanas y en concreto las minas de mercurio de Almaden quedaron sus derechos de explotación transmitidos a los Fugger (banqueros alemanes). Los Fugger financiaron todas las campañas militares de Carlos V. Carlos V jamás fue un derrochador, hizo sus campañas políticas y militares siendo conscientes de los recursos de los que estaba en disposición para poderlas emprender. No obstante los conocimientos de contabilidad y de ciencia económica en el siglo XVI no eran tan adelantados como en la actualidad y e, nacimiento de un incipiente capitalismo origino eso si la mejora y perfeccionamiento de los sistemas de negociación` y de cambio junto con los grandes procesos que determinaron la acumulación de capitales para poder permitir la realización de las obras tenidas por más importantes.
En un principio la posición del Papado respecto a las ideas imperiales hay que tenerlas en cuanta dentro de la situación de la cual venia la Iglesia que a mediados del siglo XV había padecido el cisma de Occidente y que dentro de la misma habían llegado a haber, solo por cuestiones de poder y oportunidad política, hasta tres papas de forma simultánea (Conflicto del Papado de Avignon, el Papa Luna en Peñíscala) . Solo en el momento en que el proceso de reforma religiosa va avanzando por Alemania y por el Norte de Europa. Hay que relacionar todas estas cuestiones con la rapidez de difusión de conceptos e ideas que arrastro la imprenta y en un primer abandono de la comarca y del área de influencia de los monasterios como lugar de mayor importancia de las tareas que en ellos se realizaban junto a la consecuente potenciación del comercio. Por lo tanto el periodo medieval en que toda la vida terrena se subordina a la salvación espiritual y la idea que se ha de vivir ajeno a cualquier atisbo de progreso económico o social va a ser desterrada. En un principio el Papado respecto a Carlos V estuvo a favor de un juego de equilibrio y de poder para ir inclinando la balanza en función de sus intereses y apetencias personales (en la línea a las actuaciones de Fernando El Católico, Alejandro VI “papa Borghia” y del Príncipe de Maquiavelo que conjugaba la forma de perpetrar esa manera de entender la política “el fin justifica los medios”). Hemos de suponer que la prisión de los turcos en el centro de Europa, junto con las derivas del proceso de “Reforma”, tratada de atemperar esta por el Humanismo inspirado por Erasmo de Rótterdam y los intentos de mediación y diálogo en la cuestión religiosa, fracasado esta por el creciente proceso de exaltación fanática y de eliminación de la disidencia ideológica y religiosa en la península Ibérica estarías todas estas cuestiones en la visión de Carlos V en impedir que su hijo Felipe II optará a la sucesión de la CORONA DEL SACROROMANO IMPERIO de hecho Fernando de Absburgo detento desde edad muy temprana de los títulos como Rey de Bohemia y Rey de Romanos para permitir entender que en la Monarquía “Electiva alemana” el sucesor iba a ser un príncipe formado en la contextura centroeuropea y conocedor con el tacto suficiente de todas las cuestiones relativas a los equilibrios de poder en el centro de Europa.
Siempre hemos de preguntarnos ¿Por qué Carlos V tuvo en realidad, si a si fue, dos coronaciones?. Una supuesta en Aquisgran con la sucesión a su abuelo Maximiliano y Otra delante del Papa en 1530 cuando los príncipes alemanes ya habían formado sus propias alianzas para intentar socavar el poder del emperador influidos por las ideas y perspectivas de libertad de pensamiento contrarios a los dogmas religiosos que se habían inspirado en el avance y pujanza de la reforma luterana, entre ellos la ética de la libertad el concepto de trabajo y esfuerzo personal como consecución del mérito frente a las fijaciones de una sociedad estamental y fijada según los criterios medievales de fijación de las actividades de distintas capas de la población y que de esta manera se fija la estabilidad y pervivencia del sistema dentro de un cuadro de valores inamovible.
Habría que seguir a Erasmo en sus líneas de influencia y fijación ideológica del Humanismo desde los Países Bajos y al Canciller Mercurio Gattinara para saber cuáles fueron las ideas políticas e institucionales de Carlos V respecto a toda la multitud de dominios en las que detentaba el título de jefe máximo, frente a la escasa articulación de leyes, usos, dominios y constituciones propias de todos esos territorios. Hay que recordar que para intentar articular toda la complejidad de toda esta pluralidad de territorios Carlos V creará los organismos no suficientemente Institucionalizados de los “Consejos”. “Consejos de Hacienda”, de Estado, de Aragón, de Italia, de las Indias etc. como un primer germen de intento de construir una articulación de la estructura del Estado dentro de un concepto moderno. Este esfuerzo institucionalizador quedará muchas veces postergado y desvirtuado.
Por lo tanto el Papa cuando entiende que la definitiva caída de los bizantinos y de y la sustitución de estos por los otomanos con la presión que sobre el Centro Europa significa tiene la necesidad de revitalizar la idea de un “emperador cristiano” que encarne la idea de Europa. Quizás ese sea el sentido de la segunda coronación imperial, la de Bolonia. Con ese amparo y con ese concepto de poder Carlos V se va a atrever a convocar a los príncipes alemanes y a tratar de manera dialogada la asunción de los derechos y de las ideas y a definir el propio concepto de “libertad religiosa” y en general todos los reyes de Europa van a defender su concepto de “Iglesia Nacional”. El principal de ellos va a ser Enrique VIII de Inglaterra en su proceso de divorcio con Catalina de Aragón, hija de Fernando el Católico y tía del Emperador Carlos. Pero en general y sobre todo por el gran poder temporal y territorial de la Iglesia va a haber frecuentes conflictos en cuanto al nombramiento de obispos y cardenales. En este sentido merece especial mención el nombramiento de Fraile Bartolomé de Carranza y Miranda, Arzobispo de Toledo de tendencias erasmistas incoado ya en época de Felipe II en un proceso a manos del Inquisidor General Valdés y que llevo a Carranza a algunos años de reclusión y retiro en la propia Roma.
Desconocemos si en la Coronación Imperial de Bolonia si Carlos V fue coronado como emperador Cristiano, como emperador del Sacro Romano Imperio Germánico ( titulo este ya existente desde la alta Edad media). Lo que es sabido es que esta coronación “Rey por encima de los restantes reyes” (esa es la idea del emperador), va a suponer un permanente conflicto en Europa con sucesivas fases contra las ideas de libertad individual fomentadas por la reforma protestante, con el espíritu de progreso de la burguesía ascendente. Ya entraremos en otro momento en las diferentes posicionamientos de los dietas de los Príncipes y en concreto en la figura de Mauricio de Sajonia en cuanto a su posicionamiento contra el Emperador. Sabemos que hubieron distintas dietas de diferente orientación.
En general en el Sur de Alemania, en Baviera que con el tiempo acabara transformado en un Ducado-Reino, en donde la iglesia Católica poseía de multitud de territorios bajo su jurisprudencia y titularidad.
Las sucesivas Dietas dentro del Imperio alemán para formar los espacios de dialogo religioso para intentar mediar en el conflicto religioso e interponer las ideas de mediación fueron
Dieta de Spira.
Dieta de Worms.
Dieta de Absburgo.
Dieta de Smalcalda.
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