martes, 19 de agosto de 2008

MAS DE CIEN PERSONAS CEDEN SU ADN PARA IDENTIFICAR A LOS PASEADOS DE LA GUERRA CIVIL




Simplemente con una muestra de saliva, más de un centenar de ribereños esperan identificar, entre los más de 600 restos óseos de las fosas comunes de la comarca, a alguno de sus familiares o antepasados asesinados durante la Guerra Civil.

Aprovechando la jornada festiva del pasado 15 de Agosto, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) organizó una serie de actos, que acompañó con la recogida gratuita de muestras de ADN.

Desde las 12 de la mañana, la Casa de la Cultura de la capital ribereña albergó un gran número interesados, sobre todo mujeres, ya que según los expertos, los datos genéticos resultan más fiables.

La prueba se práctica con un sencillo rocis bucal, en el que se recogen restos de saliva para analizar.

Los resultados de las muestras no verán la luz hasta dentro de algo más de un año.

Primero han de tomarse las de los seres vivos, y como señala el portavoz de la ARMH en la Ribera, José María Rojas, «aún tenemos que ir por los pueblos, ya que quedan personas mayores que no han podido desplazarse hasta aquí».

Posteriormente, hay que compararlas con las de los restos encontrados en las fosas comunes.

Rojas manifiesta que en los esqueletos exhumados desde la asociación se han recogido muestras, pero no tiene constancia si en las fosas que han sido recuperadas por la Universidad de Burgos, Costaján y La Lobera, se ha trabajado del mismo modo.

«En caso de que las tuvieran y nos las cediesen, el trabajo quedaría bastante facilitado, ya que si no tendríamos que proceder a realizarlas de nuevo».

También hace un llamamiento a la cautela, «son plazos largos y hay que tener paciencia», evocó.

Esta iniciativa ha sido posible gracias a una aportación de 60.000 euros del gobierno central, como aclaró José Ignacio Casado en el coloquio de la tarde. Así mismo explicó la forma en la que la Universidad de Burgos ha desarrollando el trabajo en las fosas ribereñas de La Lobera o Costaján.

En la conferencia participó también el profesor Luís Ríos, como sustituto de Francisco Etxeberría, quién estaba previsto en principio. Analizó todo el trabajo realizado en el monte de la Andaya. Lugar situado entre los municipios de Lerma y Villafruela, donde se han exhumado cuatro fosas comunes.

Una vez finalizaron las charlas, los asistentes se acercaron hasta el cementerio local, donde se inauguraron dos placas en las que aparecen los nombres de las 607 víctimas de la Ribera del Duero, en la Guerra Civil.

El Consistorio Arandino facilitó el desplazamiento hasta el lugar, poniendo a disposición de forma gratuita un servicio de autobuses.

Desde la organización del evento, se mostraron sorprendidos y satisfechos, ya que el número de asistentes rebasó muy positivamente todas las expectativas. El salón de actos permaneció casi completamente lleno, y desde las 12 de la mañana hasta poco antes de las siete, hubo un continuo goteo de personas ansiosas de que se les recogieran restos de saliva. Lo que dio como consecuencia, una cifra de alrededor de 150 personas.

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