Durante la II Guerra Mundial, miles de estadounidenses se unieron como espías a una agencia de inteligencia anterior a la CIA, entre ellos algunos tan famosos como el juez del Supremo Arthur Goldberg o la chef Julia Child.
Hoy, por primera vez en su historia, el gobierno de Estados Unidos ha divulgado cientos de miles de documentos que incluyen las identidades de casi 24.000 espías y empleados que trabajaron para esa agencia de espionaje y operaciones especiales, que apenas duró unos años.
La llamada Oficina de Servicios Estratégicos (OSS, en inglés), fue creada por decreto militar en 1942 y fue disuelta en septiembre de 1945 por orden del presidente Harry Truman.
La identidad de quienes trabajaron para la OSS se mantuvo en secreto durante décadas.
Entre quienes trabajaron para la OSS se cuenta, según la documentación divulgada hoy, Aline Griffith, más conocida por su título de condesa de Romanones, espía que trabajó en Madrid.
Los Archivos Nacionales han puesto a disposición del público 216 paquetes de documentos que incluyen películas de reconocimiento aéreo de territorios enemigos, propaganda, instrucción en el empleo de armas y equipos especiales, y 750.000 páginas entre las que se cuentan las solicitudes de empleo en la OSS.
La divulgación sorprendió a Charles Pinck, presidente de la OSS Society, establecida por antiguos empleados y familiares.
«La primera sorpresa fue la cifra», dijo a Efe Pinck.
«Nosotros siempre calculamos que unas 13.000 personas habían trabajado para la OSS. Pero ocurre que hay algunos nombres que tienen archivos duplicados, así que quizá eso explique la cifra mayor».
«La OSS fue una agencia excepcional, y lo más valioso fue su personal», añadió.
«Pero dado el secreto que rodeó su trabajo y el hecho de que duró unos pocos años, hay todavía familias que no saben qué hicieron sus abuelos, sus tíos», dijo Pinck.
«Esta divulgación contribuirá al conocimiento, tanto por el público en general como por historiadores y analistas, del enorme papel que desempeñó la OSS en esos años cruciales», agregó.
La misión de la OSS consistió en el espionaje y análisis de información sobre Alemania, Japón y sus aliados y la planificación y ejecución de operaciones especiales, incluida la cooperación con los grupos clandestinos de resistencia a la ocupación alemana y japonesa.
La lista de empleados de la OSS incluye algunos nombres que adquirieron después de la guerra prominencia en Estados Unidos, entre ellos Allen Dulles y William Casey, quienes serían directores del organismo que heredó varias de las misiones de la OSS: la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
También aparecen los nombres de Arthur Goldberg, quien llegaría a ser magistrado del Tribunal Supremo, el jugador de béisbol Moe Berg, el historiador Arthur Schlesinger y el actor cinematográfico Sterling Hayden.
Los archivos identifican como empleados de la OSS a John Hemingway, hijo del escritor de fama mundial Ernest Hemingway; a Kermit Roosevelt, hijo del presidente Theodore Roosevelt, y a Miles Copeland, el padre del batería de The Police, Stewart Copeland.
La divulgación amplió los detalles sobre la carrera de Julia Child, quien alcanzó enorme fama en Estados Unidos como cocinera que daba clases por televisión y a quien se atribuye el haber educado a los estadounidenses acerca de la «cocina francesa».
Julia, cuando todavía era soltera y llevaba el apellido Williams, solicitó y obtuvo empleo para un trabajo de oficinista en la OSS en el verano de 1942, y más tarde, según muestra su prontuario, trabajó directamente para el primer jefe de la OSS, William Donovan.
Julia conoció a Paul Child durante la Segunda Guerra Mundial, cuando ambos eran agentes de la OSS en el sudeste asiático. El traslado de ambos a París, donde se casaron en 1946, puso a Julia en la senda de su vocación, que le granjeó un diploma del Institute Cordon Bleu en 1951.
Aunque en el caso de Child y algunas otras personalidades ya se sabía desde hace años que habían trabajado para la OSS, no se conocían los detalles de su labor.
Las fichas muestran sus respuestas al cuestionario en la solicitud de empleo, sus diferentes puestos y algo de las misiones que realizaron.
Pero en el caso de otras decenas de miles de personas, la divulgación de su trabajo con la OSS es una verdadera revelación.
Muchos de los ex empleados de la OSS, disuelta hace 63 años, han muerto, y otros nunca han revelado, ni siquiera a sus familiares, la labor que cumplieron durante la Segunda Guerra Mundial.
La CIA se opuso durante décadas a la divulgación de estos documentos, pero en 1981, cuando asumió la dirección de esa agencia, William Casey ordenó que el material se transfiriera a los Archivos Nacionales.
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