sábado, 26 de julio de 2008

KAFKA ESTA A UN PASO DE SER DESCUBIERTO



El mundo literario podría estar a punto de conocer un gran misterio, el que encierra el enigma del escritor Franz Kafka. Y es que en la planta baja de un húmedo y céntrico piso de Tel Aviv podría estar el archivo inédito del escritor checo de origen judío.

Con la muerte de Esther Hoffe, el año pasado, ha surgido una nueva esperanza para los estudiosos del escritor, pues se cree que varios documentos, postales, bosquejos y objetos personales del autor permanecen en el que fuera el hogar de la ex secretaria del amigo y editor de Kafka, Max Brod, fallecido en 1968.

Según el diario 'The Guardian', al igual que Brod, durante 40 años Hoffe se empeñó en cuidar celosamente las pertenencias de Kafka. Su empeño fue tal que se enfrentó al Gobierno de Israel, que, incluso, le acusó de traficar con los escritos de Kafka fuera del país. Pero tanto las autoridades, como los eruditos, confían en que las herederas de Hoffe, las septuagenarias Ruth y Hava, sean más receptivas y permitan conocer el tan anhelado archivo.

Sin embargo, las autoridades de Tel Aviv han advertido de que los documentos podrían encontrarse en un mal estado, debido a las malas condiciones del piso de Hoffe, y a las hordas de gatos y perros que la mujer tuvo hasta dos años antes de su muerte, cuando una inspección de sanidad tuvo que intervenir después de que los vecinos se quejaran del mal olor.

La odisea de los manuscritos de Kafka comenzó en Viena, en 1924, con la muerte del escritor a causa de una tuberculosis. En ese entonces, Max Brod se hizo cargo del legado de su amigo y desafió las órdenes que le dio de quemar toda su obra, haciéndose famoso por publicar parte de ella.

En 1939, una noche antes de que los nazis tomaran Praga, Brod huyó de la ciudad hacia tierras palestinas con las pertenencias del escritor de 'La metamorfosis'. Tiempo después, en 1956, Brod trasladó el archivo a Suiza, durante la crisis del Canal de Suez.

En 1961, a petición de los herederos del escritor, Brod entregó la mayor parte de los manuscritos de Kafka a la biblioteca Bodleian en la Universidad de Oxford, aunque se quedó con el original de 'El proceso', alegando que había sido un regalo de su amigo. Casi 30 años después, Hoffe vendió la novela por 1,23 millones de euros (un millón de libras), en la casa de subastas Sotheby.

Aunque los investigadores quieren hurgar en el contenido del archivo, hay quienes dudan de la existencia del tesoro, debido al supuesto mal uso que Hoffe le dio.

En una ocasión, Hoffe fue arrestada en el aeropuerto Ben-Gurion de Tel Aviv, por traficar con el valioso material histórico. La policía encontró en su equipaje, el diario personal de Kafka y algunas de sus cartas, y aunque permitió a las autoridades revisar sus propiedades, fue acusada de ocultar documentos clave.

Además, en los años 80 la editorial alemana Artemis y Winkler pagó por el diario de Brod, el cual nunca recibió. En 1993, Hoffe informó que lo había transferido a una caja de seguridad en un banco de Tel Aviv. La batalla legal entre la editorial y las herederas aún continúa.

Se cree que Hoffe, quien se convirtió en la amante de Brod después de la muerte de su esposa, guardó celosamente los objetos que éste le heredó para proteger su intimidad.

Ahora que se ha abierto un nuevo capítulo de esta historia, las autoridades de Israel han asegurado que intervendrán para asegurar la protección de una pieza importante del patrimonio judío.

José Cermak, autor de varios libros sobre Kafka, ha dicho que espera que el descubrimiento del archivo pueda aclarar las dudas y debates del mundo literario, en el año que se celebra el 125 aniversario del escritor. "Hay muchos desaciertos o malas interpretaciones que se han escrito sobre Kafka. Con fines académicos, es crucial que sepamos lo que la señora Hoffe nos ha ocultado por tanto tiempo".

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