Cualquier vestigio de la Guerra Civil española es un tesoro para los historiadores.
Por eso, los 890 carretes de fotografías que aparecieron en un desván, y que se exponen en Madrid a partir de esta semana, suponen casi el Santo Grial de la contienda.
Su supervivencia es un auténtico milagro.
Muchas de las instantáneas se utilizaron como propaganda, para demostrar, por ejemplo, al otro bando que en Madrid no se pasaba hambre, o para denunciar las heridas de la contienda.
Pero los fotógrafos también captaban aspectos de la vida cotidiana como las lentejas, la recogida de leña o las familias de los soldados
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