martes, 5 de febrero de 2008
EL BICENTENARIO DEL DOS DE MAYO, A FONDO
"Las naciones que olvidan los días de sus sacrificios y los nombres de sus mártires no merecen el inapreciable bien de su independencia".
Con esta frase de Emilio Castelar se inaugura el primero de los siete libros que forman la colección dedicada al bicentenario del Dos de Mayo, escrito por el historiador Emilio Diego y que "se convertirá en el libro de referencia del conflicto", en boca de su editor, Guillermo Chico.
El libro, de 592 páginas y con un precio de 39 euros, simboliza la primera gran historia militar de la Guerra de la Independencia.
Según el editor, "aporta las teorías más recientes del tema más las claves de la guerra", los protagonistas y los medios, el dominio del mar o los errores de Napoleón.
"'El padre de la criatura", como el propio autor se denomina, revela los vértices de los seis años que duró el conflicto, disfrazado en principio de una expedición aliada para conquistar Portugal e impulsada por Napoleón, para el cual la guerra se definía como 'dinero, dinero y dinero'.
Así, la financiación directa e indirecta por parte de los ingleses fue fundamental para unas tropas formadas por soldados novatos: "Un soldado español no está instruido porque no hay guerra".
Por ello, "los españoles nos hemos especializado en guerras de supervivencia", explicó el historiador.
A pesar del romanticismo que se le suele dar, y no exento del verdadero significado del Dos de Mayo, la sublevación no fue un acto improvisado, sino el fracaso de una serie de conspiraciones previas con simbolismo militar que dejó en la estacada a los que, llegado el momento, quisieron dar marcha atrás.
En cambio, los protagonistas del levantamiento, formados en su mayoría por criados del entorno de Fernando VII, se sintieron parte activa ante la 'violencia privada' practicada por los franceses —familiares de los asesinados y dueños de ganado robado— sufriendo el salto cualitativo que desembocó en insurrección política.
"Un levantamiento como el del Dos de Mayo no tenía ninguna probabilidad material. Para los participantes fue un fracaso, pero para el país fue un éxito", explica el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, que apunta al reconocimiento de la hazaña a través de los años.
Otra de las claves bélicas surge del sentimiento de nación, de pertenencia, acuñado aquí por primera vez.
La lucha de un pueblo por sus valores convirtió a la nación en expresión de la soberanía política: "Nosotros somos esto y si nos quitan esto, no somos".
El conflicto encarna la historia de un pueblo que ganó la guerra a pesar de perder la mayoría de las batallas.
Las más importantes "las ganaron los ingleses aquí. Nosotros ganamos Bailén".
Sin embargo, la relación con los ingleses distaba mucho de ser amistosa; era, cuanto más, cordial mientras se abasteciera a sus soldados. De lo contrario, se aprovisionaban de forma más brutal incluso que los franceses: "Cuando pasan son como la marabunta", apunta el autor.
El además presidente de la Asociación para el Estudio de la Guerra de la Independencia (AEGI) se empeña en desmitificar la figura del alcalde de Móstoles, "se dedica a respaldar un documento, pero tiene una información nefasta de lo que es todo esto", con respecto al glorioso recuerdo que se le dedica.
Además, antes del levantamiento hubo intentos de sublevación en ciudades como León y Toledo, causados en su mayoría por el movimiento 'antigodoyista', en contra del favorito de Carlos IV y de su esposa María Luisa, Manuel de Godoy.
Entre los propios españoles también surgieron enfrentamientos, sobre todo en las primeras semanas del conflicto y encauzados por la división de una España revolucionaria y otra que no lo era, aunque sería muy exagerado hablar de guerra civil para definirlos.
La Guerra de la Independencia no solo se trata de un punto que ha quedado en la historia nacional, sino que ha llegado hasta nuestros días en forma de cultura e idiosincrasia, asentando "el crisol en el que se fundó la imagen de los españoles.
Ese 'Spain is different' de Fraga. Esa Lola de España", sentencia De Diego.
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