martes, 25 de diciembre de 2007
EL AYUNTAMIENTO DE LA LOCALIDAD MALAGUEÑA DE VELEZ MALAGA VA A PROTEGER EL PATRIMONIO HISTORICO DE SU CEMENTERIO MUNICIPAL
Proteger y conservar los elementos mortuorios más significativos del cementerio municipal.
Esta es la petición que ha realizado la Sociedad de Amigos de la Cultura (SAC) al equipo de gobierno veleño.
El colectivo ya realizó esta propuesta en febrero del año pasado a la anterior corporación, después de que cinco historiadores elaboraran durante meses un catálogo en el que identifican seis panteones, veinte lápidas y once monumentos funerarios, considerados de gran valor estético-artístico.
«El objetivo es que no se pierdan todos estos elementos como testimonios de la evolución social de nuestra historia más reciente», ha explicado Manuel Berenguer, miembro de la SAC.
El alcalde, Francisco Delgado, se ha comprometido a llevar a cabo de manera inminente el proyecto ante el bajo coste que supone.
«Vamos a enviar cartas a los propietarios de todos los elementos catalogados, comunicando que cualquier actuación deberá contar con la autorización del Ayuntamiento», ha explicado Delgado.
La idea del colectivo es que se identifiquen con una placa las lápidas de los nichos con algún tipo de interés estético-artístico, y que se de la orden a los sepultureros de que comuniquen su desalojo para que las losas puedan ser conservadas adecuadamente.
El cementerio municipal tiene su origen en 1805, tras la epidemia de la fiebre amarilla, junto a la ermita de Nuestra Señora de la Cabeza.
Desde entonces, el recinto de fachada neoclásica, integra distintas tipologías de enterramiento, desde criptas y panteones de familiares que reproducen y mantienen la unidad familiar ante la muerte, hasta monumentos funerarios, de carácter romántico e individual, hasta los actuales pisos de nichos.
Cada uno de estos elementos «son expresión directa de la memoria histórica de la comunidad y deben ser valorados como patrimonio de la ciudad», ha indicado Berenguer.
Pero además, desde la Sociedad de Amigos de la Cultura defienden que también tienen un valor artístico por ser, en la mayoría de los casos, obras únicas de los marmolistas del siglo XIX.
«Algunas tienen casi dos siglos, y en ellas podemos encontrar motivos muy interesantes como las distintas tipologías que presentan los ángeles, o técnicas de grabado ya en desuso como el esgrafiado por lo que deberían conservarse para el futuro museo de la ciudad», ha indicado Berenguer.
Las lápidas más antiguas que se conservan son varios osarios comunes de 1.868.
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