domingo, 23 de diciembre de 2007

120 METROS CUADRADOS DAN CABIDA A UNA EXPOSICION SOBRE LA HISTORIA DEL CINE

El restaurador Josep María Queraltó expone en la ciudad española de Madrid una muestra de la colección de más de 15.000 objetos relacionados con el cine que ha recopilado desde que trabajara en la industria, invitado por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.

Subir a la primera planta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España -Zurbano, 3, Madrid- significa no sólo viajar en el espacio, sino también en el tiempo.

Como si de una película de los años 30 se tratara, de repente la vista se torna monocromática con un Groucho Marx incluido en la persona del actor Poli Losada, y se pasea por la historia del cine a través de sus objetos en apenas 80 metros cuadrados.

En cada uno de los escenarios que conforman este documental a tiempo real se van sucediendo joyas como el primer cinematógrafo de Lumière, varios proyectores de Thomas Edison y un proyector de la casa Pathé de 28 milímetros a manivela, así como una selección de carteles del cine español y una linterna mágica Olikos que filma y proyecta a través de cristales.

Nacido en 1937 en Vallbona de les Monges (Lérida), el afán de Josep Maria Queraltó por coleccionar máquinas cinematográficas le viene de hace 30 años cuando trabajaba en la instalación de cines, cabinas y estudios de grabación, y notaba la cantidad de material que se tiraba a la basura por estar obsoleto.

Por ello decidió comenzar a coleccionarlo.

Además, fundó Suministros Kelonik, empresa dedicada a la fabricación y mantenimiento de equipos de cine y que luchaba contra el cierre de grandes salas y despido de su personal

En la exposición, de la mano del excitado periodista Jorge S. Bonet, se emprende un viaje por el particular túnel del tiempo cinéfilo en Indonesia, con las sombras luminescas de la Isla de Java, donde "los hombres veían los vivos colores, mientras que las mujeres se limitaban a las sombras".

Surge así la técnica que evolucionaría en las famosas sombras francesas o europeas, caracterizadas por el protagonismo no ya de las figuras, sino del movimiento, la luz y el misterio: "Si lo juntas todo, qué tenemos... ¡Cine!", exclama el improvisado guía.

Durante el trayecto se incluye una parada en tiempos de Napoleón III, inmortalizada en una mágica creación en tres dimensiones de su ceremonia nupcial, para pasar por la figura honorífica del linternista -"no se le había hecho ningún monumento, a pesar de las tareas que realizó"- y desembocar en la única linterna mágica de tres objetivos que existe en España, que utiliza gas con carburo para su funcionamiento y un material pintado minuciosamente a mano sobre cristal.

Asimismo, Queraltó ha querido resaltar la pintura, su gran pasión junto a la escultura y el arte en general, rindiéndole tributo a través de las obras de la serie de cine del pintor brasileño Otto Cavalcanti e incluidas en la exposición con un destacado cuadro en 3D inspirado en el cine, del que además copia su técnica

Como si de un niño en una juguetería se tratara, el coleccionista se pasea por su exposición y, como iluminado por un halo proveniente de cada objeto, se acerca aleatoriamente y explica su funcionamiento.

Así, muestra orgulloso una cinta de 1897, declarando honestamente que "no sé de qué película se trata, nunca la he visionado por miedo a estropearla", pero en la que se puede leer 'City of Washington, Thomas Edison'.

El desconocimiento de muchos de sus objetos se debe, por otra parte, a que lleva 10 años realizando un trabajo de catalogación con fichas explicativas -completadas 3.000 de momento- lo que le lleva a usar su humor irónico para afirmar que "me parece que no lo veré terminado", debido a su edad.

A sus 70 años, el coleccionista tiene una tierna apariencia de abuelo con corbata y jersey de Pedro del Hierro.

Recuerda con nostalgia historias pasadas, sueña despierto con la idea de formar un museo interactivo, instrumento de preservación de la historia global del pre-cine y del cine, así como una herramienta útil para acercar la cultura cinematográfica a todos los públicos, razón por la que ha expuesto mayoritariamente en centros comerciales.

Buen conversador y simpatizante de los cómicos, ha sido galardonado con el Premio El Cinèfilm por su labor de investigación, restauración y clasificación del patrimonio cinematográfico.

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